martes, 11 de marzo de 2014

Auto-evaluación de las competencias!!

Personalmente, si tengo que evaluar cada una de las competencias asignadas puedo decir que son todas igual de importantes ya que como todo en la vida, el camino se hace al andar.

En muchas ocasiones, tenemos mucha disposición a la hora de aprender,  sin embargo adquirir la autonomía en este proceso principalmente suele ser tarea de la práctica educativa que se tenga como ejemplo, ya que si ésta no es la adecuada difícilmente nos podremos desenvolver en las diversas situaciones.

Aprender a aprender no tiene recetas o recetillas, tiene métodos que deben adquirirse, asimilarse y utilizarse, por lo tanto no se nace autónomo sino que es un aspecto del ser humano que se construye a través del aprendizaje.

No podemos olvidar, que el aprendizaje es el motor que dirige nuestros comportamientos, nuestras decisiones y la mayoría de las veces nuestras acciones. Desde mi punto de vista, el aprendizaje, es el proceso a través del cual se adquieren o modifican habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio,  la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación.
El aprendizaje humano está relacionado con la educación y el desarrollo personal. Debe estar orientado adecuadamente y ser favorecido cuando se está motivado por aprender. Personalmente, pienso que es un subproducto del pensamiento, aprendemos pensando y la calidad del resultado  viene determinada por la calidad de nuestros pensamientos.

En mi opinión, es una actividad que nos ayuda a mejorar nuestras actuaciones diarias, dado que gracias a nuestra experiencia podemos detectar que cosas somos capaces de hacer y cuales debemos perfeccionar. De ahí que, es fundamental que como seres humanos identifiquemos nuestros puntos fuertes y débiles en todos y cada uno de los contextos de nuestra vida, aprendiendo por ensayo-error y reflexionado así sobre nuestra práctica educativa.

Disponer de un momento para reflexionar, debería estar implantado en los centros de educación infantil, es un poder tan grande, que permite catalogar éticamente el repertorio de las acciones que se imparten dentro de los mismos, creándose éxito en sus objetivos marcados a partir del trabajo en equipo, dado que las buenas prácticas siempre son consensuadas.

Todas las prácticas docentes brillantes, poseen una naturaleza propia, un vigor pedagógico y una energía latente que crea espacios para el aprendizaje. Así que, ante una práctica excelente, la actitud enriquecedora quizás debería estar orientada a comprender los principios pedagógicos o metodológicos que la inspiran y a promover procesos propios que surjan de nuestra especialidad.  

La educación infantil no puede ser una tarea aislada por los diferentes maestros, debemos trabajar o colaborar con la escuela para llevar a cabo la actividad educativa y mejorar tanto la funcionalidad del escuela como su calidad, tenemos que actuar de la manera más coherente y coordinada posible si queremos que nuestras actuaciones no sean parciales, incoherentes o incluso contradictorias.


En definitiva, el trabajo en equipo, debe garantizar la oferta educativa del centro, su calidad y la coherencia interna de sus propuestas educativas. Por otro lado, esta función debe estimar y potenciar la iniciativa de todos los maestros para enriquecerse los unos de los otros. 

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